Los crecientes y cada vez mayores flujos de carga son el componente fundamental de los cambios a escala global, regional y local en el sistema económico contemporáneo. La consideración de estos cambios debe hacerse no solo dentro de una perspectiva cuantitativa, sino estructural y operativa, ya que la globalización tiene gran impacto en el intercambio de bienes, en la economía de servicios, implicando la expansión espacial de la economía con su intrincada red de circulación de mercancías, cargas y servicios.