Un acto criminal suscita diversos interrogantes no solo en el discurso penal que lo tiene por objeto de juzgamiento, sino también en el hombre común y, por supuesto, en los discursos de lo humano que se ocupan de tratar de explicar por qué un sujeto toma la vía de la transgresión de la norma para cometer un acto delictivo. Entre estos discursos, la psicología forense busca producir una verdad científica que pueda ayudar al juez a establecer las motivaciones y los factores determinantes que llevaron a la realización del acto criminal. Desde lo forense, el delito es entendido como producto de una debilidad biológica o psicológica o como alteraciones del comportamiento que resultan de un ambiente social malsano que impide la formación en el criminal de las barreras que garantizan la sujeción a las normas sociales que rigen cada cultura humana; la psicología forense trata, entonces, de entender tanto el delito como a quien delinque.