La vida es emoción, la emoción es vida. Las emociones forman parte de nuestra experiencia y nos diferencian de otros seres vivos. En el entorno complejo altamente competitivo actual donde la oferta supera a la demanda de productos y servicios, el cambio es la constante en nuestros mercados. Los nuevos consumidores gracias al uso de las nuevas tecnologías están más informados, son más reflexivos, críticos y exigentes, pero sus decisiones de compra siguen siendo emocionales, primero sentimos y luego pensamos. Como bien dice el autor, somos el único ser vivo capaz de integrar lo racional y lo emocional, y realizar así actividades como el altruismo y la solidaridad.